Afirmación: Yo soy una expresión viviente y amorosa de Dios, aquí y ahora.


Se cuenta la historia de un granjero cuyo maíz cada año ganaba el premio en la feria estatal. Un año, un periodista lo entrevistó y aprendió algo interesante sobre cómo cultivaba su maíz. El agricultor le dijo al periodista que compartía su semilla de maíz premiada con sus vecinos.

Cuando se le preguntó por qué lo hacia, el agricultor explicó: “El viento recoge el polen del maíz en maduración y lo lleva de un campo a otro. Si los vecinos cultivan maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradará constantemente la calidad de mi maíz. Si voy a cultivar un buen maíz, debo ayudar a mis vecinos a cultivar maíz bueno”.

Lo mismo se aplica para la forma en que vivimos nuestras vidas. Si deseamos vivir en paz y armonía, debemos ayudar a nuestros vecinos a hacer lo mismo.

Jesús demostró el poder que tiene el amor para bendecirnos y sanarnos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean. Él dijo que uno de los más grandes mandamientos es “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31). Además, Jesús ordenó a sus discípulos “Amaos los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15:12).

Los profetas antiguos y modernos por igual han hablado sobre este concepto de amor incondicional. San Francisco de Asís oro: “Donde haya odio, siembre yo amor”. En su libro en Inglés, Strength to Love, el Dr. Martin Luther King Jr. compartió una razón para amar a tus enemigos: “El odio no puede ahuyentar el odio; solo el amor puede hacerlo”.

Tomé muy enserio las palabras de King cuando odiaba mi trabajo. En algún momento, decidí que podía seguir odiando y sintiéndome miserable o podía encontrar algo que me encantara.

Imprimí una declaración en letras grandes y la puse frente a mi escritorio. Decía: “Todo lo que veo es oportunidad”. Al principio no resonaba conmigo, mas seguí afirmándola hasta que finalmente comencé a ver la oportunidad. A medida que las oportunidades se hicieron más visibles, comencé a enamorarme más y más de mi trabajo.

Anthony Ray Hinton, en su libro en Inglés The Sun Does Shine, cuenta la historia más reciente de cómo aprender a amar tu situación. Después de pasar  28 años en el corredor de la pena de muerte por un crimen que no cometió, Hinton fue exonerado en el 2015. Cuando fue sentenciado inicialmente, solicitó hablar con el tribunal y procedió a perdonar a cada uno de los que mantuvieron su vida y su destino en sus manos. Les dijo que no los odiaba y, de hecho, dijo que los amaba. Durante casi tres décadas tras las rejas, les enseñó a sus compañeros condenados a muerte el poder del amor incondicional a través de estudios bíblicos y libros.

A un supremacista blanco que estaba a punto de ser ejecutado se le preguntó si tenía alguna palabra final. Era uno de los hombres con quienes Hinton se había hecho amigo, y dijo que las mismas personas a las que le habían enseñado a odiar eran las que, en prisión, le enseñaron a amar.

Como cofundador de Unity, Charles Fillmore escribió: “El amor es el gran armonizador y sanador… el amor te aportará lo tuyo, ajustará todos los malentendidos y hará que tu vida y tus asuntos sean sanos, felices, armoniosos y libres” (La palabra reveladora).

Si elegimos ser felices, debemos ayudar a otros a encontrar la felicidad, si deseamos ser amados, debemos difundir ese amor.

Acerca del autor

La Rev. Sandra Campbell es ministra asociada en Unity Temple on the Plaza en Kansas City, Missouri, y directora ejecutiva de la Escuela Ministerial Urbana Unity.

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