El Símbolo de la Navidad es para algunos una estrella

que alumbró el camino a Belén y al pesebre del niño Cristo rey.

No existe amor más grande que el que nos lleva a un lugar

donde admiremos el rostro de un niño en los demás.

Ese amor vive en el Cristo niño y también vive en mí y en ti.

Es el regalo de Dios a todo humano, el que libera y hace feliz.

Nos libera de la oscuridad y nos lleva a la luz del sol.

Es la imagen de la Mente-Dios, el Cristo en el rostro de la humanidad.

El símbolo de la Navidad es más que estrellas que titilan,

es más que cascabeles, nieve y regalos. Es un símbolo divino, y un corazón humano.

Es el corazón de amor que compartimos generosamente;

un corazón que vive en todos por siempre y no solo un día por año.

Que tengas una temporada gozosa y que encuentres el camino

para vivir, amar, ver y sentir a diario el amor del Cristo divino.

Que la verdad y el amor en tu corazón siempre vivan. Porque cuando el corazón es genuino

la Navidad es todos los días: es el amor de Cristo; eres tú. Tu vida misma.

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