Eliminación
Eliminación: Todo aquello que suelte me bendecirá.
Dejar ir y crear de nuevo
Rev. Elizabeth Mora

Cómo el poder de eliminación puede ayudarnos a encontrar la transformación
En ocasiones se necesita pasar por una prueba para comprender realmente una enseñanza espiritual.
Nos encontramos, como Jacob en las Escrituras hebreas, luchando por mucho tiempo y luego declarando: “No te dejaré ir, si no me bendices” (Genesis 32:26). Queremos dejar ir. Es posible que incluso debamos hacerlo, pero no podemos hasta que comprendamos realmente la lección.
A veces, la misma enseñanza que debemos comprender es que el dejar ir es lo mejor para nosotros.
Veo en la orden de Jacob un reconocimiento de que ha llegado al punto de inflexión. Su momento de frustración y desafío sacude el patrón en el que está atrapado, por lo que la energía puede cambiar. Si bien no dejará ir a su enemigo, ha dejado de seguir haciendo lo mismo. Lo soltó para dejarlo ir.
Sería bueno si siempre obtuviéramos la bendición antes de la liberación, pero en realidad funciona mejor al revés cuando utilizamos el poder de la fe. “Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). No tenemos que seguir luchando hasta que se reciba el favor. Dejar la lucha es el regalo en sí.
Recordando que tenemos una opción
La primera vez que recuerdo haber comprendido realmente el poder de eliminación fue hace años cuando le decía a mi amiga, una profesora licenciada de Unity, lo irritada que estaba con algo que no funcionaba en mi vida. Ella me dijo con toda naturalidad: “Bueno, tú sabes que la eliminación es uno de los 12 poderes”.
En un instante entendí lo que nunca antes había comprendido, vi que podía dejar ir. Literalmente, nunca se me había ocurrido que tenía una opción. En realidad, no recuerdo cómo se resolvió la situación externa. Mi transformación fue en el momento en que me di cuenta de que tenía la respuesta.
Fue una comprensión rudimentaria de cómo funciona la eliminación, pero fue un comienzo. Ahora sé que dejar ir comienza con mi conciencia y luego pasa a la expresión física. También sé que estoy participando en la creación del drama que no me gusta.
Las luchas de la vida van y vienen y se olvidan con el tiempo, pero los momentos del despertar permanecen con nosotros. Sin embargo, la lucha es lo que permite que esto suceda.
No tenemos que seguir luchando hasta que se reciba el favor. Dejar la lucha es el regalo en sí.
Gracias a ese intercambio, recibí una poderosa afirmación que se ha convertido en mi respuesta preferida cuando me doy cuenta de algún desafío: Bueno, tú sabes que la eliminación es uno de los 12 poderes.
Es solo el primer paso de la resolución, pero sirve para poner en línea mi yo observador. Estoy hablando conmigo mismo y exponiendo un hecho, así que ya he cambiado la energía. Hay amor y humor en ello, así que empiezo a calmarme.
Una vez que he dicho la afirmación, me pregunto: ¿Qué quiero crear a partir de esto? Y esto me sirve para hacer a un lado la conciencia de víctima y volverme a una conciencia de verdad.
Usemos este poder de dejar ir y crear de nuevo. Puede que tu nombre no cambie de Jacob a Israel, pero serás muy bendecido.
De víctima a creador
El libro The Power of TED (The Empowerment Dynamic) (Plaris, 2006) de David Emerald ha sido invaluable para mí y proporciona una herramienta para ayudar a aplicar las enseñanzas de Unity.
TED se basa en la teoría del triángulo dramático de Stephen Karpman. Cuando estamos en conflicto, hemos creado una víctima, un perseguidor y un salvador. Por ejemplo, cuando alguien te ofende, se convierte en tu perseguidor. Te ves a ti mismo como su víctima. Entonces quieres que alguien te rescate.
El antídoto es darle la vuelta al triángulo y transformar cada rol. En lugar de una víctima, te conviertes en un creador. Tu perseguidor es simplemente un retador, y el rescatador se convierte en tu entrenador. Este nuevo triángulo es uno que te empodera. En términos simples, cuando te sientas mal, deja a un lado el papel de víctima y conviértete en un creador.
Ahora, cuando algo surge en mi vida, veo triángulos. Reconozco cómo he asignado roles inconscientemente. También puedo ver los triángulos cuando la gente viene a mí con sus luchas. Tan pronto como lo reconozco, puedo ayudarlos a darle la vuelta mediante un cambio de conciencia.
La capacidad de eliminar el triángulo del drama ha cambiado la vida.