Cuando  haces un inventario de aquello por lo cual sientes agradecimiento, tu fe aumenta.

Durante la temporada festiva, es sagrado y noble buscar maneras de ser una bendición para los demás, reconocer las maneras grandes y sutiles como otros han enriquecido nuestras vidas. Tener una actitud de gratitud siempre nos atraerá cada vez más aquello por lo cual podemos sentir aprecio.
Piensa por poner tu relación con Dios de primero en tu lista. Sin mi relación con Dios y las leyes espirituales, yo hubiera perdido mi camino y mi fe hace mucho tiempo.

Recientemente visité a una prima lejana quien estaba en las últimas etapas de esclerosis lateral amiotrófica o ELA (también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig). Ella y su familia sienten mucho amor unos por otros y están agradecidos por cada día que pueden pasar juntos. Durante mi visita, los ojos de mi prima todavía brillaban cuando reía, aunque ya no podía moverse ni hablar. Como seres espirituales no debemos sentir lástima por otros seres en esas circunstancias, mas necesitamos demostrarles compasión y compartir nuestra gentileza con ellos. La lástima nos separa del sufrimiento de los demás, mientras que la compasión abre nuestros corazones y nos vincula a esa persona.

Cuando practicamos la gratitud, aprendemos a dar gracias por todo. Aun durante esos acontecimientos en nuestras vidas que parecen ser desagradables revelarán una bendición oculta para nosotros—si la buscamos.

Miremos, por medio del lente de la gratitud, a todas las personas en nuestras vidas y celebremos los gozos obvios a medida que también descubrimos los ocultos. No existe mejor manera de pasar nuestro tiempo en silencio que reflexionar acerca de las razones que tenemos para estar verdaderamente agradecidos.

Mi corazón se expande con gratitud cuando medito en aquello por lo que siento agradecimiento en mi vida. Mi esposo David es el primero que viene a mi mente. Estaré por siempre agradecida por su llegada hace 23 años. Continúa siendo un gozo disfrutar de esta relación personal, en la cual compartimos nuestro viaje espiritual, intereses y estilo de vida.

La siguiente y maravillosa bendición es ser la única hija de padres quienes me amaron, me motivaron y me dieron ánimo. La profundidad de mi gratitud no conoce límites para con ellos.

Mi mente ahora va hacia mis amigos y maestros espirituales, quienes apoyaron mi despertar espiritual. Siento agradecimiento por maestros más recientes que avivaron la llama de la escritora en mí —desde otros autores hasta mi agente literario y los editores e impresores. Mi agente literario es una persona quien expresa una actitud de gratitud y quien, sin decir una palabra, me ha enseñado lo que es ser una persona amable.

Cuando presionamos el botón de “pausa” y reflexionamos acerca de todas las personas que han bendecido nuestro viaje, muchas vienen a la mente. Para mí, mis compañeros de mi clase ministerial y mis amados congregantes, quienes llenan mi corazón.

He aquí unas técnicas para profundizar tu conciencia de gratitud:

  • Siempre mantén a Dios al frente de tu mente y, primero y más importante, da gracias a Dios siempre.
  • Haz una lista de tus seres queridos y envíales una bendición durante tu momento de meditación.
  • Envía una nota de gratitud a cada persona en tu lista.
  • Llama o visita a las personas por quienes sientes profundo aprecio y comparte con ellas tu gratitud. Como lo dice una canción: “Baña con a amor a las personas que amas/Exprésales tus sentimientos”. ¡Qué diferencia más grande harás en sus vidas y en la tuya!

Un cambio importante en la conciencia mundial se produciría si enviáramos tal amor y pensamientos de gratitud a nuestro hogar, lugar de trabajo, iglesia, comunidad, estado y el mundo. Colectivamente tenemos el poder para cambiar la conciencia y transformar al mundo mediante la expresión de nuestro amor y gratitud.

Más

No Results