Desde que su hija Emma estaba en la escuela primaria, Garth Gallaghan, ha estado escribiéndole notas en una servilleta y poniéndolas en su lonchera. Las notas expresan su amor, aliento y orgullo por ella. Luego de ser diagnosticado el 2013 con cáncer de riñón, por segunda vez, cuando Emma tenía 14 años, Callaghan se comprometió a escribir 826 notas para su hija, en caso de que él no sobreviviera hasta que ella terminara sus años escolares. La historia de Callaghan se hizo viral y él llegó a ser conocido como “El papá de las notas en servilletas”.

En 1999, el día que mi hija Emma nació, yo me levanté, comí un desayuno ligero y llevé a caminar a mi perro y leí el periódico; todo esto mientras que mi esposa daba a luz en el hospital. Está demás decir que yo no estaba listo para ser padre. Yo siempre había sido egoísta, especialmente con mi tiempo. Mas el día que trajimos a Emma a nuestra casa del hospital (sí, finalmente fui), todo cambió: yo ahora era responsable por este pequeño ser. Pensé: necesito dilucidar lo que significa ser padre.

Me entregué de lleno. Decidí que haría todo lo que fuera necesario para ayudarla a ser una mujer fuerte y asertiva; ya fuera jugando a princesas o a Guerras de las galaxias, sirviendo de entrenador de beisbol o ayudando en su escuela. He cometido muchos errores. He dicho y hecho cosas de las cuales me arrepiento. Mas eso nunca ha evitado que continúe queriendo ser un mejor padre cada día.

Una de las razones por las cuales escribo las notas diarias para Emma y las pongo en su lonchera es porque reconozco que tal vez ella no esté receptiva a escuchar palabras amorosas y guiadoras de parte mía. Tal vez lo que esté tratando de decirle no sea recibido como espero o puede que ella no esté de ánimo para escucharlo. Para asegurar de que mi mensaje estuviera allí cuando ella estuviera receptiva, tenía que escribirlo diariamente.

Pensar en ello me hace sentir humilde, mas realmente esa es la manera como Dios es con nosotros, ¿cierto? Dios siempre está allí, dándonos apoyo, amor y comprensión cada segundo de cada día. Puede que estemos o no receptivos a Su gracia, pero está allí todo el tiempo, en el momento en el que estamos receptivos, allí está.

Mi compromiso a escribir notas diarias para Emma fue desafiado en el 2011. Me sentía cansado, me dolía un poco la espalda. Mi estómago siempre se veía grande, a pesar que hacía ejercicio con regularidad. Por meses ignoré lo que estaba experimentando. Tenía mi propio negocio, era padre y esposo, por supuesto que debía sentirme cansado. Pero una tarde en noviembre del 2011, iba corriendo detrás de mi perro en el bosque, brincando sobre las raíces de los árboles y más. Esa noche antes de acostarme a dormir, mi orina era color sangría. Un par de días después, volvió a pasar así que fui al doctor. Resultó que yo tenía un tumor del tamaño de una toronja en mi riñón izquierdo. Me diagnosticaron con cáncer de riñón.

Los doctores quitaron el tumor y pensaron que habían sacado todo, mas durante un chequeo ocho meses después, en agosto del 2012, fui diagnosticado con cáncer de próstata. Un año más tarde, en octubre del 2013, el cáncer de riñón regresó y había un pequeño tumor en la glándula suprarrenal izquierda. En febrero del 2014, comencé quimioterapia diaria. Como seis semanas después, descubrimos que se había metastatizado a mi hígado y a la glándula suprarrenal derecha.

Desde ese entonces, he estado recibiendo quimioterapia diariamente. El tratamiento no va a curar mi cáncer; sólo detendrá su crecimiento y evitará que se esparza más. Mi cuerpo ha respondido sumamente bien. A veces, el radiólogo al mirar la resonancia magnética tiene dificultad de ver algo. Todo parece estar estable, pero no lo suficiente como para que detenga la quimioterapia diaria. Estadísticamente, cerca del 8 por ciento de las personas con cáncer de riñón metastatizado todavía están vivos después de cinco años.

Yo todavía estoy aquí. Le doy el crédito a Dios.

Emma se gradúa este año. A menos que maneje de manera peligrosa o corra con unas tijeras, estaré allí ese día. Es asombroso para mí. Mi trabajo principal como padre es escribir notas en pedazos de papel, los que a veces están llenos de polvo de Cheetos®. Si tengo suerte, de vez en cuando Emma pone una de las notas en la cartelera de la cocina. Pienso que algunas de las que ella escoge no necesariamente son fantásticas, pero lo son para ella. Ella estuvo receptiva al mensaje de ese día. Una nota unos meses atrás decía: “Querida Emma: tú creíste en Santa por muchos años. Entonces puedes creer en ti por cinco minutos”; junto con una posdata que decía: “Yo creo en ti todo el tiempo”.

Al finalizar el año escolar, de 180 notas, ella sólo colocó tres en la cartelera. No es muy buen promedio, mas para mí, cuando Emma elige una, ¡sé que bateé un jonrón!

Acerca del autor

Garth Callaghan es conocido como el "Papá de las notas en servilletas". Comenzó a escribirle notas a su hija Emma cuando ella estaba en la escuela primaria. Eventualmente se convirtió en una práctica diaria, poniendo una nota en la lonchera de ella con palabras de amor y aliento. Un diagnóstico de cáncer causó que Callaghan se preocupara de no ver a Emma graduarse de la escuela secundaria; así que escribió 826 notas por adelantado. La historia se volvió viral y en 2014.

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