por Gertrude Cramer Williams

Hoy abro mis ojos para ver un nuevo horizonte ante mí, un nuevo mundo. Hoy aprecio la luz del Espíritu. Gracias a Su luz, ahora puedo verme y conocerme como Dios me ve y me conoce. Gracias a Su luz puedo ver y conocer a los seres humanos como Dios los ve y los conoce.

¡Hoy escucho que todo el mundo canta una canción de alegría! Qué maravilloso es darme cuenta y saber que soy la hija amada de Dios. Qué maravilloso saber que en Él yo vivo, amo, me muevo y tengo mi ser. ¡Qué maravilloso es saber que ya soy aquello que he deseado ser y que así es como Dios me conoce! 

Hoy prosigo sin temor hacia el nuevo horizonte ante mí. Me regocijo por estar en la gran aventura de la vida. Sigo adelante con propósito, vitalidad y confianza en mí misma; sintiendo la presencia de Dios conmigo en cada paso que doy, con cada aliento que tomo. Dios es mi guía. Voy por caminos correctos, sé qué hacer y lo hago con confianza en el momento correcto.

Hoy ofrezco mi amor a todos los hijos de Dios, y recibo amor de parte de ellos. A través de los ojos de Dios puedo ver sólo lo bueno.

El nuevo horizonte ante mí se extiende hacia el futuro. Es el horizonte de la Verdad que se desarrolla eternamente, cada vez más glorioso. En la Verdad vivo; en la Verdad crezco. Logro la victoria gloriosa de mi unidad con Dios, mi Padre.

Más

No Results