Vivir con fe
La fe abre la puerta a las bendiciones abundantes.
Cultivando la fe día a día
En nuestra vida diaria enfrentamos incontables y variadas experiencias y situaciones. Diferentes factores pueden incidir en la forma en que las mismas nos impactan, pero lo que tiene una influencia decisiva es la actitud con la cual afrontamos lo que la vida nos presenta en ese momento.
Mientras más centrados y firmes nos sostengamos en nuestra fe de que Dios está presente en todo y en todos, mayor será nuestra fortaleza y serenidad.
El cofundador de Unity, Charles Fillmore, nos dice en La Palabra Reveladora, que fe es “la seguridad espiritual, el poder de hacer lo aparentemente imposible”.
Todos tenemos, potencialmente, el caudal de fe que necesitamos, solo debemos desarrollarlo, o sea, aumentar su manifestación día a día. Esto requiere decisión y disciplina para elegir a Dios, y en vez de sucumbir ante los desafíos permitiendo que el recelo y la desconfianza nos dominen, debemos afirmar solo el bien en toda situación.
Sosteniendo una mente apacible
Tengamos presente que es más fácil mantener la fe en una mente serena que en una mente convulsionada. Por ello, debemos disciplinar nuestra mente para que mantenga la calma en todo momento.
Esto puede no resultar sencillo, y no siempre tendremos éxito. El mismo Pedro, quien había podido percibir la divinidad en Jesús y declarar: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16), niega tres veces conocerlo luego de que Jesús fue arrestado.
Igual que Pedro, en el proceso de afianzar nuestra fe podemos tener momentos de temor, de indecisión y hasta de duda. En esos momentos es importante y necesario que tengamos a mano herramientas espirituales a las cuales recurrir, como, por ejemplo, una afirmación de nuestra unidad con Dios, tal como El Padre y yo somos uno o El poder de Dios se manifiesta ahora en esta situación o, simplemente, Orden divino. También centrarnos por un momento en nuestra respiración o entrar en el Silencio de la oración puede aquietar nuestra mente y ayudarnos a recordar que en Espíritu y en Verdad soy el Hijo o la Hija amado de Dios.
Cosechando las bendiciones de la fe
Myrtle Fillmore, cofundadora de Unity, es, sin duda, un claro ejemplo del poder de la fe y de cómo la decisión y disciplina espiritual pueden obrar milagros. Ella logró su completa sanación de la enfermedad que padecía gracias a su inquebrantable fe en Dios y a su perseverancia en reconocerse como “la perfecta hija de Dios y vivir según la ley divina de la vida” (Las Cartas Sanadoras de Myrtle Fillmore – Pag. 47)
Nuestra fe es la clave para la realización espiritual y la llave que abre la puerta para el ingreso de la respuesta a nuestras oraciones. En reiteradas oportunidades luego de sanar a quienes se lo solicitaban, Jesús les dijo “Tu fe te ha salvado” (Marcos 5:34; 10:52: Lucas 17:19) como también “Conforme a vuestra fe sea hecho” (Mateo 8:13; 9:29) por citar algunos ejemplos.
Por ello, queridos amigos, sembremos semillas de fe en nuestra mente mediante el uso de afirmaciones de Verdad como, por ejemplo: Mi fe abre la puerta a la salud, la abundancia, la armonía y la paz en mi vida, hagamos que estas semillas crezcan y cosecharemos abundantes bendiciones.