En toda circunstancia y situación, ten fe en que Dios solo desea tu bien.

¿Ha sucedido algo que te haya causado dolor o infelicidad? Enfréntalo con fe —la fe en que Dios está contigo, la fe en que Dios está presente en todos y en cada situación. Enfréntalo con la fe de que puedes confiar en Dios para que bendiga y corrija todas las cosas.

¡Enfréntalo con fe! Al mirar más allá de las apariencias y aferrarte a la verdad de que nada puede separarte del amor de Dios, que nada es más grande que el poder de Dios en ti, tus preocupaciones desaparecen y el gozo del Espíritu surge en ti.

Cómo mantener la fe durante situaciones difíciles

El resultado a menudo sorprendente de aferrarte a tu fe es el gran surgimiento de la fe que sientes en ti. Cuando te paras firme y declaras: Tengo fe en Dios como la única Presencia y el único Poder, hay una respuesta en ti. Es como que si Dios dijera: “Estoy aquí. Yo soy tu vida. Yo soy tu todo”. Sientes nueva fe, más fuerte y más cierta que antes.

¿Te preguntas cómo vas a superar una situación difícil? afronta esos sentimientos con fe. Enfréntate a tus dudas y tus temores. ¿Quién es tu fuente de justicia? ¿Quién es el suplidor de toda bendición necesaria? Dios. Y ¿dónde está Dios? En ti, la fuente del orden, la sabiduría y la justicia.

La fe que tienes en el espíritu invisible pero todo proveedor de Dios producirá resultados de maneras externas que a veces serán sorprendentes. Puedes poner a Dios a prueba al enfrentar toda situación con fe —una fe que es fuerte e inmutable, una fe que pone al espíritu maravilloso de Dios a obrar en ti y por medio de ti.

¿Cómo enfrentas la decepción? Si la has enfrentado con lágrimas o protestas airadas contra lo injusta que es la gente o las situaciones, sabes lo inútil que ha sido esto; sabes que solo añade frustración a la frustración. Enfrentar la decepción con fe es elevar tus pensamientos a Dios y decir: No hay decepción. Hay solo Dios, solo el bien. Veo a Dios en mí mismo; veo la bondad de Dios en todos y en todo. Sé que todas las cosas trabajan juntas para bien.

¿Cómo puede haber infelicidad o decepción cuando sabemos que Dios está obrando? Cualquiera de nosotros puede mirar en retrospectiva y recordar cómo algo que en ese momento parecía una gran decepción resultó ser una bendición disfrazada.

Ten fe en el plan de Dios

Ahora podemos ver que solo nuestra falta de comprensión y visión espiritual en ese momento evitó que viéramos el plan de Dios obrando para nosotros.

Aun cuando parece que no somos comprendidos, que somos tratados o condenados injustamente, no creamos en las apariencias. “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Ro. 12:21).

¿Recuerdas lo que José dijo a sus hermanos? “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien” (Gn. 50:20).

En cada circunstancia y condición, ten fe en que Dios lo encaminó a bien. Ten fe en el poder, el amor y la justicia de Dios. No creas que tú ni nadie más puede estar separado del cuidado amoroso de Dios o que la ley de la justicia divina puede ser vencida.

La negación no tiene poder. No puede tener poder sobre ti ni lugar en tu corazón, tus pensamientos ni en tu vida cuando lo enfrentas todo con fe en Dios. Ten fe en el poder de Dios, fe en el resultado seguro del bien divino.

¡Lo que sea que suceda en la vida, enfréntalo con fe!

Acerca del autor

Martha Smock (1913-1984) se desempeñó como editora de Daily Word por 35 años.

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