Me fui abrumando gradualmente. Me encontraba molesta por historias que escuchaba en los noticieros o en las redes sociales por aquí y por allá. Luego, un ciclo de noticias electorales se apoderó de mi alimentación digital. Las cuestiones relacionadas con la justicia social bombardeaban mis canales. La pandemia persistía. Despertaba cada día con más noticias, más novedades y más conmoción. La molestia y la angustia se convirtieron en mi norma. No importaba cuáles fueran mis circunstancias actuales; me sentía atrapada en un atolladero de penurias y derrota.

Mi teléfono explotaba todo el tiempo con los mensajes que familiares y amigos me enviaban diciendo: “¿Viste esto?” “¿Leíste el reporte?” “Oh, Dios mío, ¿puedes creer lo que está sucediendo?” Parecía como si todo el mundo supiera que estaba alarmada, aterrada y abatida.

Toma un momento cada día para enfocarte en lo que es correcto. Aun cuando despertar sea lo único con lo que puedas contar ese día, cuenta con ello.

Yo no sabía qué hacer y eso me hacía sentir peor. Solo sabía que se suponía que yo debería estar haciendo algo. No tenía manual de instrucciones y el mundo no ofrecía claridad alguna. Las divisiones parecían tomar el mando y no había consenso disponible. Algunos días era difícil respirar.

Me reprendía a mí misma por sentirme mal. Mi familia estaba sana; éramos capaces de seguir trabajando; nuestra realidad del día a día no había cambiado mucho. Pero perdía el sueño pensando en la gente cuyas vidas fueron trastornadas por eventos sobre los que yo únicamente había leído. Angustiada 24/7, me descontrolé.

Encuentra lo que te corresponde hacer

Entonces leí un artículo que decía que no todo el mundo tenía porqué marchar en protesta. O ser candidato a un cargo público. ¿Entonces qué debo hacer? ¬Primero, debo cuidarme a mí misma. En un avión, te dicen que debes ponerte la máscara de oxígeno tú primero antes de ayudar a alguien más. Así es que aquí les doy unas simples maneras de ponerse la máscara ustedes primero, para encontrar paz mental y emocional para poder avanzar.

  1. Pon límites. Ponte en una dieta digital. Discierne qué noticias y contenido realmente necesitas. Piensa en la gente que hay en tu vida. Algunas relaciones también requieren de límites. Si no quieres hablar de un asunto en particular, sé firme con aquellos que quieren hablar de todo. Establece en qué momentos estás disponible para ser el hombro de apoyo o la caja que contenga el enfado de los demás.
  2. Encuentra el interruptor para apagar las preguntas incómodas. Aprende a vivir con lo desconocido por un rato. Está bien no conocer las respuestas. Pon las preguntas a un lado. Cuando sea el momento adecuado, podrás considerarlas.
  3. Respira. Suena tan simple, pero es muy importante. Solo enfócate en Inhalar/Exhalar. Ya sea que dediques tiempo orando, meditando de 10 o 20 minutos diarios o bien solo detenerte por un momento y sosegar tu mente. Respira profundamente.
  4. Sé agradecido. Sí, hay tantas cosas que parecen ir mal. Pero toma un momento cada día para enfocarte en lo que está bien. Aun si despertar es lo único con lo que puedes contar ese día, cuenta con ello.
  5. Confía. El mundo siempre se corrige a sí mismo. Cada generación tiene un momento en el que siente, Este es el Final. Pero aquí estamos, aquí seguimos. El cambio toma tiempo; a veces es a largo plazo y sutil. Pero el amor siempre triunfa.

Una de mis expresiones favoritas que escuché por primera vez en Unity es, “Pon los pies debajo de tus oraciones”. Es un llamado a la acción. Todavía estoy pensando en qué acciones tomar, qué me corresponde hacer. Creo límites donde los necesito y me enfoco en respirar profundamente varios minutos cada día. Siento cómo se nutren mi mente y mi cuerpo. Digo oraciones de agradecimiento cuando me levanto y cuando me voy a la cama. Me abro a nuevas oportunidades para servir, sea lo que sea que se presente con el tiempo.

Aún se desconoce mucho. Pero confío en el universo.

Acerca del autor

Lila Herrmann es directora de publicaciones de la Sede Mundial de Unity.

Más

No Results