Los Hopi, una tribu nativa americana tienen un dicho: "Todos los sueños surgen de una misma red". Al Cacique Seattle, un jefe Suquamish y Duwamish, se le atribuye haber dicho en 1854: "El hombre no tejió la red de la vida, es simplemente un hilo en ella. Lo que sea que le haga a la red, se lo hará a sí mismo".

Esta es la naturaleza de la interconexión. Va más allá de la idea de estar enlazados.

Conectado significa "unido, vinculado o relacionado." Interconectado significa que existen conexiones internas, tal como los hilos de una red o de un tejido. Lo que está interconectado no se mantiene unido sin sus otras partes. Para existir es interdependiente.

Estar interconectado añade los elementos de fortaleza y ​​flexibilidad necesarios para la existencia y la resistencia.

La sustancia del universo está interconectada. Decimos: "Dios es todo en todo. Dios es la totalidad. Dios es uno".

Vivir superficialmente

Entender el concepto de interconexión no es fácil. Los seres humanos estamos acostumbrados a vivir en la superficie. Vivimos en la tierra, mas no como una parte integral de la tierra. Funcionamos sobre las cosas.

Interactuamos con otros, no como seres interconectados sino como puntos de contacto.

Para la mayoría de nosotros, la percepción es que vivimos relativamente con los demás y con todo lo demás. A menudo, también experimentamos a Dios en la superficie de nuestras vidas. La idea de acudir a nuestro interior para conocer a Dios requiere que reconozcamos la sensación de separación fuera de nosotros mismos mientras vivimos en el mundo.

En verdad, es una percepción que no sobrevive el escrutinio. A medida que avanzamos en una nueva década, la vida nos está enseñando lo que los nativos americanos ya sabían: Somos parte de una gran red, no estamos fuera de ella, vivimos interconectadamente con ella. No vivimos fuera de ella sino dentro como parte de la creación, como parte de la sustancia de Dios.

Cuando nos sumergimos en el amor

¿Cómo ajustamos nuestra visión para ver más claramente nuestra relación espiritual?

Muchas de las grandes religiones del mundo repiten el mensaje de amarse. ¿Puede ser que a través del amor podamos experimentar nuestras vidas como interconectados? La Palabra Reveladora define el amor como "la esencia pura del Ser que une a toda la familia humana".

Cuando nos sumergimos en el fluir del amor, experimentamos nuestra interconexión con todos los seres, con la tierra y con todas la sustancia.

Cuando nos amamos y amamos al mundo y a toda la creación, podemos ir a un estado más profundo donde nuestras emociones se entrelazan y nuestras almas vibran armoniosamente. El universo resuena con una melodía compartida y nosotros, como hilos únicos, permanecemos unidos en el tapiz de la vida.

El amor nos lleva a nuestro estado perfecto, y creamos una sintonía armoniosa con los demás.

Vernos a nosotros mismos como uno con el Uno

Llegamos al entendimiento de que somos uno con el Uno. Nuestra conciencia se abre a una comprensión más profunda de quiénes somos como seres espirituales que están teniendo una experiencia terrenal.

El amor divino se personifica espiritualmente en nosotros: cada individuo único es un hilo en la red, interconectado e inseparable, creado de la sustancia del Espíritu.

Cuando nos vemos como hilos entretejidos en el patrón expansivo del tapiz de la vida, podemos apreciar nuestra relación con Dios con una conciencia espiritual.

Podemos experimentar a Dios como la sustancia y los espacios entre la sustancia, la fuente de nuestro ser y nuestro Ser mismo.


Preguntas para considerar acerca de la interconexión

  • ¿Cómo puedo aumentar mi percepción de Dios? Al ponderar acerca de Dios, ¿he de incluirlo todo, toda la creación?
  • ¿Puedo percibir al amor como aquello que une todo?
  • ¿Cómo puedo transformar cada pensamiento que tengo en un pensamiento de amor?
  • ¿Puedo verme como parte del Todo?

Para desarrollar aún más tu comprensión de la interconexión, considera las prácticas espirituales como la acción socialel Sabbat, y otras herramientas y prácticas espirituales. Concédete mayor acceso al poder divino en ti.

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