¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?

En primer lugar, es importante entender que la Biblia en su conjunto no “dice” nada, aunque mucha gente habla de ella como si tuviera una sola voz. La Biblia nunca ha reflejado un consenso. Los textos bíblicos se escribieron a lo largo de un periodo de 1.000 años, y muchos de esos textos expresan diferentes opiniones.

Además, muchas secciones se escribieron expresamente como alternativas a los textos existentes; luego, cuando la Biblia se compiló en la versión que conocemos hoy, estos textos contradictorios acabaron coexistiendo.

Por último, la Biblia siempre ha tenido diferentes significados para diferentes personas.

Teniendo esto en cuenta, veamos algunos versículos que tratan sobre el comportamiento homosexual.

Una lectura crítica

La primera es la historia de Sodoma. Quizá más que cualquier otra historia de la Biblia, Sodoma se ha asociado con la condena bíblica de la homosexualidad. En el Génesis, dos ángeles varones llegan a la ciudad de Sodoma. Lot, un hombre justo, les ofrece cobijo y comida. Al anochecer, los hombres de la ciudad se reúnen a la puerta de Lot y le exigen que les entregue a los dos forasteros para poder “conocerlos”. Lot les ruega que no actúen con tanta maldad e incluso ofrece a la turba enfurecida a sus hijas vírgenes en su lugar. La multitud no se deja disuadir y en ese momento los dos ángeles dejan ciegos a todos los habitantes de la ciudad.

Lot era un forastero en Sodoma y la gente del pueblo sospechaba de él. Muchos estudiosos coinciden en que esta historia no trata del deseo sexual de los hombres de Sodoma, sino de la jerarquía masculina y la violación de forasteros. El acto de violación tiene que ver con el poder, no con el sexo. En la sociedad bíblica, dominar a alguien era tratarlo como a una mujer. Los hombres de Sodoma querían humillar a los forasteros tratándolos como mujeres.

Muchas personas han utilizado hoy este pasaje como ilustración de la condena de Dios a las parejas del mismo sexo. Pero esta historia no trata de relaciones sexuales consentidas entre adultos.

Quizá haya llegado el momento de dejar de fijarnos en lo que dice o no dice la Biblia para determinar nuestras creencias espirituales y nuestro comportamiento personal. La Biblia, aunque inspirada, fue escrita por diversas personas, y sus versículos reflejan las actitudes y prejuicios que formaban parte de su cultura y su vida.

Traducción cuestionable

Dos textos - 1 Corintios y 1 Timoteo - abordan la interacción entre hombres del mismo sexo. Las palabras griegas antiguas que aparecen en esos pasajes son poco claras y no se utilizan en el griego moderno. Además, como las palabras se incluyen en una lista de varios tipos de malas acciones, los eruditos no pueden determinar su significado a partir del contexto de la frase. Por ello, las traducciones a lo largo de los años han reflejado las creencias personales de los traductores sobre las relaciones entre personas del mismo sexo.

Las palabras en griego son malakoi y arsenokoitai. En la New Revised Standard Version de 1 Corintios, esas palabras se traducen como “varones prostitutos” y “sodomitas”, y se incluyen en una lista con idólatras, adúlteros, ladrones, avaros, borrachos, injuriadores, ladrones y otros que no “heredarán el reino de Dios”. La Revised Standard Version de la Biblia de 1952 traduce las dos palabras juntas como homosexuales, mientras que la versión de 1977 las traduce como pervertidos sexuales. La verdad es que los traductores de la Biblia no conocen realmente el significado de esas dos palabras, sino que toman decisiones basadas en sus propias creencias y prejuicios.

¿Amar al pecador?

Otros argumentan que la Biblia no dice nada sobre la homosexualidad porque en realidad es un concepto bastante nuevo. La sexualidad humana solo se ha estudiado durante poco más de cien años, y la comprensión de una clase separada de individuos conocidos como homosexuales, que se caracterizan por su orientación sexual, puede haber sido algo desconocido para el mundo bíblico.

Sin embargo, otros argumentan que Levítico 20:13 es claro en su condena de la actividad sexual masculina entre personas del mismo sexo. En Levítico, sin embargo, no hace la misma condena general del comportamiento homosexual de las mujeres; de hecho, el texto nunca lo menciona.

En nuestro discurso moderno, a menudo se dice: “Odia el pecado y ama al pecador”. Esto plantea la siguiente pregunta: ¿Cuál es el pecado? El libro de Levíticos califica claramente de abominación las relaciones sexuales entre hombres, pero no menciona otros aspectos de la sexualidad que en el mundo moderno asociamos con las relaciones sexuales y la orientación sexual.

Los valores siguen cambiando

Desde que se escribieron los textos bíblicos, los creyentes han utilizado la Biblia para defender sus creencias o denunciar las de los demás. En un pasado reciente, los cristianos -congregados y clérigos- utilizaron la Biblia para argumentar en contra de la humanidad intrínseca de las personas de color para defender la esclavitud. Pocas personas se atreverían a esgrimir estos argumentos hoy en día. Y hasta bien entrado el siglo XX, el papel y el trato de la mujer como propiedad se justificaba y debatía bíblicamente en muchas denominaciones. Muchos de los que se oponen al clero femenino citan la Biblia como fuente de su postura.

Quizá haya llegado el momento de dejar de fijarnos en lo que dice o no dice la Biblia para determinar nuestras creencias espirituales y nuestro comportamiento personal. La Biblia, aunque inspirada, fue escrita por diversas personas, y sus versículos reflejan las actitudes y prejuicios que formaban parte de su cultura y su vida. Del mismo modo que ahora miramos atrás y pensamos: “¿Cómo pudo alguien utilizar la Biblia para defender la esclavitud?”, dentro de unos años miraremos atrás y nos preguntaremos cómo pudimos utilizar la Biblia para condenar a nuestros hermanos y hermanas homosexuales.

En lo que respecta a la homosexualidad, es hora de que dejemos de buscar orientación en los relatos bíblicos y sigamos la sabiduría de nuestra propia naturaleza divina.


Este artículo ha sido adaptado de Unity Magazine®.

Acerca del autor

El Rev. Ken Daigle (él, lo) es el ministro principal de Unity San Francisco, en California.

Más

No Results