La experiencia emocional de la aflicción y la pérdida puede transformarte

Tras experimentar el proceso de muerte y la muerte de un ser amado, puede que nuestras emociones estén a flor de piel y nos sintamos frágiles. A medida que enfrentamos la pérdida de una persona significativa, los sentimientos pueden ser confusos y desoladores, porque no solamente lidiamos con su pérdida, sino con nuestra propia mortalidad.

Tal vez preferimos escapar hacia una cueva y esperar que se vaya la tormenta, pero no podemos.

¿Que tal si descubriéramos en vez que las emociones son nuestras amigas, que son el lenguaje del corazón? Nuestros sentimientos son la sabiduría interna de nuestro corazón hablándonos. Las emociones nos ayudan dándole voz a lo que necesitamos y dándonos la fortaleza y determinación para tomar una acción adecuada en medio de este laberinto de enfermedad, toma de decisiones y pérdida.

Muchos de nosotros nos cuestionamos la manera en que nos sentimos durante ese tiempo. Ten la seguridad de que no hay una manera correcta de atravesar el duelo. Cada persona y cada relación es única, por lo tanto, el duelo nunca puede ser una fórmula y tampoco tiene tiempo límite.

El duelo es una reacción normal y natural ante una pérdida significativa. El duelo es la manera en la que lidiamos con ello y avanzamos hacia la recuperación. Es un tiempo de sanación.

Síntomas emocionales y físicos de la aflicción

Atravesamos el proceso de duelo porque hemos amado, pero los niveles de intensidad son distintos para cada individuo. No se requiere llorar. Puede que algunas personas no tengan lágrimas, y puede que otras piensen que nunca van a parar de llorar. Lo más importante es ser honesto y auténtico con lo que sea que estás sintiendo.

Cada persona experimenta el duelo de manera diferente, y aún así, hay algunas reacciones comunes.

Una reacción irritante tras presenciar o saber de la muerte de un ser querido es perder la concentración. Tal vez sintamos una reacción física a la pérdida teniendo menos concentración o sintiéndonos adormecidos. Una situación típica es darte cuenta de que no puedes recordar lo que estabas buscando cuando entras a una habitación o salón. Esto es normal porque tu mente está consumida con la pérdida de alguien que amas.

Puede haber otras respuestas físicas y mentales, tales como el adormecimiento, el olvido y el desasosiego. Tras una pérdida impactante, mi amiga no podía recordar cómo comportarse; si caminar, quedarse de pie o sentarse. Con el tiempo, ella podía salir de este estado de congelamiento llamando a sus amistades para que la ayudaran a descifrar qué hacer después. Pedir ayuda puede hacer una gran diferencia durante el proceso de duelo.

Los patrones de sueño y de alimentación pueden ir de un extremo al otro. Durante semanas, tras la muerte de mi madre, su última respiración me visitaba una y otra vez en mis recuerdos. Me acostaba a dormir y la escuchaba exhalar y luego esperaba —esperaba por esa inhalación que nunca llegó.

Durante el duelo hay con frecuencia una montaña rusa de energía física y emocional. Es usual sentir una pena intensa, estar distraído o ser olvidadizo, e incluso experimentar dolor físico en el pecho o tener problemas para respirar.

Tal vez no quieras estar con otras personas, o tal vez le tengas temor a la soledad.

Tal vez sea confuso descubrir que sientes rabia. Es posible sentir coraje con alguien que está muriendo, y ciertamente puedes sentir coraje hacia la circunstancia —sentir abandono, presenciar su sufrimiento y otras situaciones.

Tu proceso emocional tiene su propia lógica y plazo de tiempo particular.

Cuando un ser amado muere, puede que emerjan a la superficie otras pérdidas que no se han curado. Es por eso que nuestro duelo puede a menudo sentirse más grande que la pérdida más reciente. El duelo dice: "Bien, ahora que tengo tu atención, ahora que tu corazón se ha roto y está abierto, vamos a ocuparnos de sanar todo tu corazón".

El duelo necesita tiempo para transcurrir y brindarte su conciencia.

Los regalos espirituales del duelo

Aquellos que entienden el potencial espiritual de la sanación mediante el duelo tal vez hagan eco de las palabras de Jacob en Génesis 32:24-31, cuando él luchó toda la noche con un ángel y dijo: "No te dejaré ir, si no me bendices".

Tendremos que estar dispuestos a adentrarnos profundamente en el proceso y en la resolución de nuestro duelo para descubrir cómo el sufrimiento se convertirá en una bendición. Tal vez nos enseñe compasión, confianza, alegría y cómo en última instancia, a través de la muerte, podemos aprender a atesorar la vida. Llegamos a conocer que quienes somos en la esencia de nuestro ser es mucho más grande que cualquier circunstancia que podamos enfrentar.

Aprenderemos que todas las expresiones honestas ayudan a llevar a la psiquis a un punto de equilibrio y plenitud. Por lo tanto, dales la bienvenida a todas: estas emociones, estas amigas, estas extensiones de tu alma. Permíteles venir para sentirse en casa en tu corazón expandido. Tan incómodas como puedan sentirse estas expresiones, ellas te invitan a estar en buenos términos con ellas.

Continúa rodeándote a ti mismo de vida, cultivando la vida, expresando lo que emerja en ti.

Ninguna emoción borrará el amor que compartieron.

El amor es eterno. Tus emociones son parte de ti y pueden brindarte una gran bendición. Lucha con tu ángel hasta que seas bendecido y transformado.

Recursos adicionales para superar la aflicción

La aflicción y el duelo puedes cambiar la trayectoria de la vida.

¿Mas cómo te cambia? Lee más acerca de ello en El duelo es una práctica espiritual.

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