Independientemente de cualquier contratiempo en la vida, las soluciones están más cerca de lo que piensas, ya que tu curación ya está en progreso en el momento presente.

La elevación, la fuerza y el coraje que buscas están a la mano. Tu su ciencia de todo lo necesario para la bendición de la mente, el cuerpo o los asuntos está a la mano.

Independientemente de dónde te encuentres físicamente o cuán lejos parezcas emocionalmente de la paz que deseas, tu bien, tu sanación, tu bienestar, tú realización, están a la mano.

Tu sanación está a la mano. La sanación de miedos y ansiedades, tensiones y trastornos emocionales está a la mano. La liberación y la libertad de las preocupaciones sobre cualquier suceso traumático, sentimientos de inseguridad o derrota están a la mano.

Justo donde estás en este momento, estás en presencia de las respuestas y soluciones que buscas.

Deja que la idea de la sanación penetre cada pensamiento sobre ti y todo lo que está ocurriendo en tu vida.

Sigue dirigiendo tu atención a los pensamientos de sanación del cuerpo, de los sentimientos, de eventos, de condiciones. Satura tu pensamiento con la contemplación de la sanación, con pensamientos que la promuevan, palabras que muestren la creencia en la sanación, actitudes que indiquen que crees en el poder sanador de Dios.

Una Meditación para la Sanación

Mi sanación está aquí. Está en el aire que respiro, en el entorno que veo. Mi sanación llena este espacio y vive dentro de mi corazón. Está a la luz del día y en la oscuridad de la noche. Está en las nubes y en la luz del sol. Está en las células y átomos del templo de mi cuerpo. Está en el movimiento de mi mente y en la actividad que me rodea.

Mi sanación está cerca. Está más cerca que la respiración, más cerca que las manos y los pies. Es omnipresente y siempre disponible, abundante y plena. Está aquí ahora mismo donde quiera que esté.

Es mía sin límites, mía sin súplicas ni ruegos. Es mía para aceptarla tranquilamente, para traerme paz, seguridad y bendiciones sin medida. Su fuente es Divina y esa fuente nunca se seca, nunca falta, nunca retiene, nunca niega. Es el mismo ayer, hoy, mañana y siempre. Está en mí cada momento. Alabo y doy gracias por esta realidad. Y así es. Amén.


Este artículo es un extracto del folleto de Unity Amor, Sanación y Abundancia: Dando vida a la sabiduria espiritual. Lea también el artículo complementario del Rev. Mark Fuss, “Contemplando la sanación: Justo donde estoy”.

Extracto de Your Help Is at Hand (Unity Books, 1989).

Acerca del autor

Rev. Mary L. Kupferle (1916–2003) por mucho tiempo fue ministra Unity en Florida. Ella escribió decenas de artículos para Unity Magazine y La Palabra Diaria.

Mary Kupferle

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