El regalo de nuevos horizontes

Cómo ir más allá del dolor y encontrar la paz después del divorcio

Amo mantener una vida espiritual, y amo todas mis prácticas espirituales, especialmente la oración. También me encanta servir, celebrar, cantar y meditar. Mi espiritualidad me ha acompañado a lo largo de los mejores y peores momentos de mi vida. De hecho, mi práctica espiritual resultó ser un salvavidas para mí durante el período más desafiante de mi vida: el final de mi matrimonio en 2015.

Durante los tres años anteriores, mi esposa y yo habíamos compartido una gran cantidad de amor, planes, recuerdos, risas, lágrimas y todo lo demás... y luego todo terminó. Era hora de dejar ir, y yo no estaba listo.

Sobreviví sumergiéndome en el trabajo, tanto en el sector privado como en mi iglesia. No tenía tiempo para socializar, mucho menos para pensar en una nueva relación, porque sabía que tenía un trabajo interno y profundo que hacer. Necesitaba examinarme y evaluar mis sentimientos.

Tomé la decisión de conocerme y comprenderme verdaderamente. Establecí la intención de pensar, de mirar con atención dentro de mi mente y discernir la raíz del infierno personal que había estado tratando de escapar.

Del trabajo agotador al trabajo interno

Descubrí sentimientos de culpa, desilusión, vergüenza, anhelo de lo que podría haber sido, y autodesprecio. Me condené por fallar en lo que creía que era la relación más satisfactoria que había tenido. Cuestioné mi capacidad de ser un compañero, un amigo. El miedo, alimentando estos sentimientos de dolor y pérdida, me dejó emocionalmente paralizado.

Recordé que según crecía, había recibido las enseñanzas de Unity a través de Daily Word (La Palabra diaria). Cuando comencé a sumergirme en las aguas turbias de mi alma, sabía que estaba siendo apoyado por el Espíritu, y que la luz en mí podía disipar toda oscuridad.

Sabía que necesitaba más que una comprensión intelectual de lo que estaba pasando.

Me sentí empoderado por este conocimiento. También leí material acerca de cómo superar sentimientos de dolor, particularmente después de un divorcio. Exploré los escritos del psicoanalista suizo Carl Jung acerca de "la sombra"—el inconsciente, lo desconocido. Pero sabía que necesitaba más que una comprensión intelectual de lo que estaba pasando.

Después del divorcio: del dolor a la entrega

Me di cuenta de que tenía que estar dispuesto a sentir el dolor que llevaba. Logré esto participando en sesiones individuales de oración y asesoramiento espiritual con amigos ministeriales, y siempre estaré agradecido por su guía, sus oraciones y su bondadoso apoyo.

Fui a mi interior y entregué mis deseos y anhelos a lo Divino, al Cristo morador. Mi respiración se convirtió en mi mantra, me ayudó a reducir los pensamientos inquietantes y me mantuvo centrado en la paz en lo profundo de mi ser.

El tiempo y la distancia me han dado perspectiva. Veo que la experiencia de haberme casado y divorciado ha sido un catalizador para mi crecimiento y desarrollo personal. Recuerdo ese momento de mi vida como un regalo precioso.