10 maneras de cambiar tus pensamientos cuando la vida te deprime y te pone ansioso.

Duele escuchar las noticias la mayoría de los días, ¿cierto?

Durante años, exhorté a la gente a no ignorar las noticias, a mantenerse al tanto con lo que está sucediendo en el mundo para poder marcar la diferencia. Como ex reportera, también les recordé que mantuvieran todo en perspectiva. Las noticias, por definición, informan aquello fuera de lo común, lo que no sucede todos los días.

Pero incluso yo me siento abrumada. Otro tiroteo masivo, incendios forestales, inundaciones, calor o frío sin precedentes, conmoción en la frontera, preocupación por la economía y, por supuesto, la división política en Estados Unidos (como en muchos países), con cada lado despectivo y temiendo al otro.

Me preguntaba cómo sería vivir en un lugar donde no puedes salir de tu casa o reunirte en un lugar público sin la posibilidad de una bomba, disparo o embestido en una multitud que huye. ¡Ahora vivo ahí!

Las noticias no son el único problema. Todos enfrentamos desafíos personales (enfermedades, desamor, problemas financieros, conflictos con familiares o compañeros de trabajo) que nos mantienen despiertos por las noches.

Entonces, me pregunto: ¿Cómo podemos mantenernos sanos y cabales? ¿Cómo podemos ver los eventos con ojos espirituales? ¿Cómo podemos manejar los sentimientos de estrés, impotencia o pronósticos de fatalidad?

Me gustaría tener una respuesta definitiva.

Lo que puedo ofrecerles son formas de pensar al respecto, formas de cambiar nuestros pensamientos para que podamos contribuir positivamente al todo. Y, entonces, maneras para tomar acción.

1. Cuida de no evadir lo espiritual

Solía ​​envidiar a las personas que podían flotar por encima de los problemas y quedarse en lo que parecía ser aceptación y dicha. "Sigue la corriente", decían. "Abrázalo todo".

Estoy abierta a la idea de que, al final, según avanzamos hacia la luz, miraremos hacia atrás y veremos que nuestras vidas se desarrollaron perfectamente. Mas mientras tanto, no creo que estemos aquí para trascender la experiencia humana. Eso es para lo que vinimos.

Sabíamos que habría dolor y drama. Y queríamos ayudar.

Cuando el dolor y el drama están en nuestra experiencia, no hay tiempo para alejarse. ¡Sé que es tentador quedarse en la cama! Pero fuimos creados para estos tiempos, o no estaríamos aquí.

2. Recuerda que las palabras tienen poder

Los eventos, personas o situaciones en nuestras vidas que no nos gustan sencillamente han sido etiquetados como problemas. Considera que no son inherentemente buenos o malos.

Sabemos esto porque todos tenemos historias de cuando algo que etiquetamos como desastre resultó ser una bendición. ¿No has escuchado a la gente decir que el cáncer fue su amigo y maestro, o que lo despidiesen fue lo mejor que les pudo haber pasado, o que un divorcio al que se resistieron los liberó?

Mantente receptivo a la posibilidad de que aquello que catalogas como malo será redimido, a su tiempo.

3. Permanece firme

La vida continúa, incluso en esos lugares donde la violencia puede ocurrir en cualquier momento. La mayoría de los días y de los lugares son seguros. En la mayoría de los días brilla el sol y los pájaros cantan.

No deseo que el miedo controle mi vida. No quiero dar poder a las personas violentas ni a la idea de que alguien pueda ser violento en mi presencia. No quiero usar mi imaginación para conjeturar lo peor.

He aquí una pregunta que me trae al momento presente: "¿Dónde están mis pies?"

En otras palabras, ¿qué está sucediendo ahora, en este momento? Lo más probable es que esté en una reunión en el trabajo o haciendo algo en la cocina. Tal vez mis pies estén en el sofá mientras veo la televisión. No está pasando nada malo. En este momento Estoy bien.

Este podría ser un buen momento para llevar un diario.

4. Evalúa los hechos

La información en sí no nos consuela a todos, a mí me gustan los hechos. Una búsqueda rápida en Internet muestra que los tiroteos masivos no están en aumento. Las muertes por armas de fuego no son tan altas en los EE. UU. como lo fueron en la década de 1970. Tal ves estemos viviendo en el momento más pacífico de la historia humana.

Cada hora, más del doble de personas nacen que mueren.

Ciertamente, tenemos problemas que deben ser afrontados, mas el mundo no está cayendo en el caos, como parece a veces.

5. Céntrate en los objetivos

Todos queremos lo mismo: paz y prosperidad, atención médica y educación para todos. ¿Cierto? Solo estamos en desacuerdo acerca de cómo lograrlo. Tal vez el partido político con el que no estás de acuerdo en realidad no está tratando de destruir tu forma de vida. Tal vez están en un camino diferente hacia el mismo destino.

Lo que nos divide es la culpa. ¿A quién vamos a culpar por no haber alcanzado nuestros objetivos? Escucha a los candidatos en cualquier campaña y observa a quién te sugieren que culpes por los problemas, desde los hoyos en las calles hasta los impuestos y el cambio climático.

Sabemos lo que no funciona: ira, condena y culpa. En vez de ello hemos de mirar las apariencias pasadas y, como cantaron durante el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos: “mantén la vista en el premio”.

6. Pregúntate qué puedes aprender

No es una mala idea preguntarse periódicamente qué puedo aprender de lo que le molesta. Recuerda el adagio: si lo ves en otro, lo tienes en ti.

Eso significa preguntarte si alguno de los rasgos que condenas en otros están en ti.

¿Tengo prejuicios?

¿Soy violento, si no físicamente, expresando enojo de manera hiriente?

¿Me siento amenazado por los cambios en el mundo?

¿Trato de mantener poder?

Es como un curso de posgrado en crecimiento espiritual. Tan pronto como te percates que estás juzgando a alguien, evalúa si tú estás haciendo lo mismo.

7. Qué puedes ser?

Toma acción cuando se sientas guiado e inspirado. Con frecuencia, el activismo surge de la ira; las acciones que tomamos son, en realidad, reacciones ante todo lo que percibimos como incorrecto y malo. Si actuamos desde un estado de resistencia, solo generamos más conflicto.

Determina estar en armonía con el Espíritu (el Universo, la Vida, Fuerza de bien) antes de decidir qué hacer.

No tengas miedo de orar: "¿Qué me corresponde hacer?" Tal vez, la respuesta no sea marchar por las calles. Puede ser criar niños compasivos. Puede ser servir como voluntario en tu comunidad o iglesia. Cada uno tenemos diferentes dones, y cada contribución es importante. No tienes que salvar al mundo solo. La Madre Teresa dijo: "No todos podemos hacer grandes cosas, pero podemos hacer pequeñas cosas con gran amor".

8. Da un paso aún más grande

Cambiar nuestro punto de vista requiere práctica, mas la Biblia nos dice que el amor “echa fuera el temor”.

He aquí todo el versículo: 1 Juan 4:18: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”.

¿Acaso podríamos tratar amar a las personas involucradas en aquello que tememos? ¿Los terroristas, los líderes políticos, las corporaciones, las drogas, las redadas de inmigración? Sin duda, muchas personas atrapadas en esas batallas necesitan amor, de lado y lado.

9. Eres parte de un propósito mayor

Puede que no veamos todo el panorama, pero creo que existe uno. Quizás lo que ocurre está sucediendo para el crecimiento individual de cada alma. Quizás sea una experiencia colectiva para impulsar a la sociedad hacia adelante.

En mi opinión, la raza humana lucha por crecer. Otras especies tienen miles de años más que nosotros, y muchas han establecido sistemas cooperativos con la naturaleza y entre sí que les permiten sobrevivir.

Nos veo como un grupo de adolescentes. Juzgamos a los demás en términos de lo correcto y lo incorrecto, y creemos que tenemos todas las respuestas. ¿Mas acaso no tienen los adolescentes destellos brillantes de sabiduría e intuición también?

Como especie, aún no hemos terminado, no hemos llegado a la cúspide de nuestro desarrollo.

10. Cada pensamiento cuenta

El legendario escritor y maestro Unity, el reverendo Eric Butterworth, dijo: “La clave para una vida efectiva es no tratar de arreglar las cosas, ni enderezar a las personas, ni hacer que el mundo deje de actuar como lo hace. No hemos de corregir las cosas, sino verlas correctamente. ... Como diría Emerson: “desde el punto de vista más alto posible ".

Creamos nuestro mundo a través de la conciencia. Lo que mantenemos en la mente influye en el todo. El sacerdote jesuita Teilhard de Chardin lo llamó la noosfera, la capa pensante de la tierra. Ésta contiene cada pensamiento que hemos tenido y determina nuestra experiencia colectiva.

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Acerca del autor

Ellen Debenport es una ministra de Unity desde hace muchos años que actualmente trabaja como vicepresidenta de Publicaciones de la Sede Mundial de Unity. Es autora de los libros en inglés Hell in the Hallway, Light at the Door y The Five Principles (Unity Books, 2009).

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